El objetivo del proyecto es la utilización del amplio volumen interior de las celdas del antiguo silo. Para ello se plantea la introducción de cuatro nuevas plantas de forjado en el interior del edificio, lográndose alcanzar una superficie útil total cercana a los 1.000 metros cuadrados.
El acceso a la planta superior mediante un sistema de ascensor y rampas, permite el uso público de la parte superior del silo, aprovechando así las cubiertas del edificio como privilegiado mirador del entorno que lo rodea.
La distribución y articulación de los espacios interiores del edificio permite la compatibilidad del uso turístico y cultural con el privado de oficinas.
La intervención procura mantener la «compacta y rotunda» imagen exterior del antiguo almacén con la que ha llegado hasta nuestros días.